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Ver a estudiantes sonreír y ser felices mientras resuelven alguna actividad que parece imposible y además exponerlo ante un grupo de personas, es el corazón de todo buen proceso de enseñanza- aprendizaje. Hacer que el estudiante se enamore de lo que hace, que sonría y busque soluciones creativas hace del aula un lugar de infinitas posibilidades. Los imposibles se vuelven posibles y cada momento un paradigma que cae en el olvido del desaprender.
La sonrisa es una herramienta desvalorizada en muchos aspectos de nuestra vida, muchas veces la gente te dirá: “el profesional no se ríe, debe ser serio” y confundimos andar de traje “seriamente” a volvernos aburridos, creemos que un curso, un diplomado o una maestría debe ser una actividad aburrida, porque ya somos profesionales “serios”, el sonreír lo tomamos como un desperdicio de tiempo, mi traje negro no le va la sonrisa.
Sonreír emana una energía positiva que transforma ambientes. En la educación transforma clases aburridas y actividades que parecen no tener sentido en experiencias divertidas con una increíble cantidad de aprendizaje. Sonreír es una herramienta didáctica en la cual creemos, y por tanto facilitamos el aprendizaje a través de una sonrisa.
El corazón de la DSESCUELA es la alegría de nuestros estudiantes dibujada en una sonrisa al momento de lograr algo que parecía imposible, o esa cara de sorpresa al resolver un enigma dentro de nuestras sesiones dsescueleras.
Creemos en el poder de la sonrisa en los ambientes educativos.
