top of page

Mi odisea con Mario, 30 años después del primer salto.

Actualizado: 15 ene 2021



Soy un Nintendero de casi toda mi vida, recuerdo mis vacaciones escolares, jugar con Snoopy mi perrito en las mañanas y luego de desayunar, aventurarme por los diferentes mundos que Super Mario Bros (1985) me ofrecía. Se imaginan a un niño de 6 años con lentes un poco más grandes de los actuales enganchado a la televisión y sentir como controlaba a este personaje, rojo, regordete y bigotón, saltando y superando los obstáculos que se nos ponían enfrente, aprender cada salto y celebrar cada victoria como trofeos mundiales, era un viaje increíble. Eso es Mario para mí, la franquicia más conocida de la Gran N, comparable con Mickey Mouse ¿Quién no lo conoce? ¿Quién no ha escuchado el “Its a Me, Mario"? desde su primera frase escuchada en el Super Mario del 64 (1996).


Mucho ha cambiado desde entonces, el 8 bits, estilo gráfico que se hizo famoso con el NES (1983) (Nintendo Entertainment System) hasta el Switch (2017) la híbrida de Nintendo®, mucho ha pasado en estos más de 30 años desde cambios tecnológicos hasta la manera como vemos la industria del videojuego, pero Mario ha sido una constante en este tiempo, apareciendo en cada generación de consolas, sorprendiéndonos y haciendo que regresemos a nuestras aventuras, siendo un referente de diseño y de jugabilidad en el mundo de los videojuegos. Replanteando constantemente y evolucionando sin perder la esencia de los Mario de toda la vida.

Imagen de Super Mario Odyssey, Nintendo® 2019, Partida personal.


Mario Odyssey (2017) es justo el mejor ejemplo de este pensamiento tan recurrente y hasta filosófico del equipo de diseño de Nintendo, un giro increíble a lo ya conocido de la fórmula, Saltar y Correr, agregando una libertad de vivir la odisea a tu manera respetando la historia y pensando en todos los públicos, es un grito a la inclusión generacional en un videojuego, es ¡fantástico! . Más allá de ser fan, tratare de que estos párrafos sean un homenaje a esa estructura inclusiva e innovadora que Mario siempre ha sido.

Imagen de Super Mario Odyssey, Nintendo® 2019, Partida personal.


Mario siempre ha usado su famosa Gorra Roja con la gran M y en los primeros momentos del juego, la pierdes , se destruye y hemos perdido una compañera de vida, un gesto simbólico que resume las intenciones claras del juego, todo cambia, como en nuestra vida, nada podemos darlo por sentado en ese caos conocemos al nuevo compañero de aventura, Cappy, esta gorrita que es la mecánica del juego, su independencia nos permite atacar, saltar sobre él como trampolín y llegar a lugares que con el salto sencillo o triple de nuestro protagonista sería imposible, nos abre las posibilidades de exploración y resolución de problemas infinitamente, porque la saga de Mario siempre ha sido de resolver problemas creativamente, y con Cappy , no hay una sola manera de conseguir las Energilunas que son el motor de la nave Odisea. Esta nave espacial nos lleva a cada Mundo, es una clásica estructura de niveles, pero potenciada como nunca se había visto, con mundos fantásticos como el mundo Sombrero (que funciona como tutorial del juego) y un regreso a la nostalgia dura y pura en Ciudad Kong. donde recordamos la historia de Mario y su primera aparición en los juegos de Donkey Kong.


Estructura que nos permite disfrutar del viaje a nuestra manera, controlando solo algunas Energilunas de las 999 que se necesitan para completar el juego y recibir una gran sorpresa, podemos definir nuestro camino, crear nuestras propias historias en esta odisea y ahí empieza lo genial, la construcción de nuestro camino, de cada momento mágico, de esa fotografía con el nombre de Mario o con la luna de fondo, porque nos hace preguntarnos: “¿Cómo llegué acá?”

Imagen de Super Mario Odyssey, Nintendo® 2019, Partida personal.


Además de reflexionar lo mucho que nos ha costado llegar a ese punto, porque pueden haber obstáculos fáciles que nos motivan a seguir luchando, pero encontraremos escollos más complicados que probablemente nos lleven a trabajar por horas para perfeccionar un salto o varios, o quizás no tenemos ni la menor idea de lo que tendremos que hacer, y es un momento de repasar lo vivido, tomar decisiones y observar mejor nuestro entorno, hablar con quienes nos rodean, quizás preguntarle a alguien más experimentado:”¿Cómo lo hiciste?” y sonreír, quizás una lágrima de emoción de lograr algo que unas horas atrás parecía imposible. Si, sigo hablando sobre Mario y sus aventuras en un videojuego, porque me ha enseñado a perseverar, a mejorar cada día y a disfrutar el camino más allá de cumplir el objetivo , una energiluna o un título universitario, enamorarte de lo aprendido en el tiempo que te llevo cumplirlo, y disfrutar , saborear la victoria personal, ese logro que solo tú sabes lo mucho que te ha costado y sonreír para buscar el siguiente problema, seguramente peor que el anterior, pero sabes que no estás solo y tu corazón palpita de emoción, la alegría por aprender cosas nuevas , de la incertidumbre, de lo increíble.

Imagen de Super Mario Odyssey, Nintendo® 2019, Partida personal.


Mi extraordinaria historia duró casi las 100 horas de juego que me tomo conseguir las 999 energilunas, repartidos en unos 8 meses, aprendí mucho y Mario Odyssey me hizo reflexionar sobre mi vida, del proceso más allá de los resultados, me hace sonreír y ponerme emotivo. Esos recuerdos y logros conseguidos serán parte de mi por siempre. Gracias Mario por otra aventura juntos y por seguir enseñándome tanto siendo un videojuego. Hasta el próximo viaje.

Imagen de Super Mario Odyssey, Nintendo® 2019, Partida personal.





33 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page