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Mis emociones me delatan... y está bien


Las emociones las sentimos en todo momento, no todas al mismo tiempo, pero si pasamos momentos donde las experimentamos y sacan lo mejor o lo peor de nosotros. Internamente y externamente nuestro cuerpo y nuestra cabeza traducen los estímulos que estamos percibiendo de las situaciones que vivimos, y son expresadas a través de las emociones.


Desde pequeños nos enseñan, muchas veces, no siempre, a que debemos sentir y expresar, esto quiere decir, muchas veces no mostrar nuestras emociones sino mostrar siempre una actitud de seguridad y fuerza. Muchas veces esto no es posible, las situaciones a la que nos exponemos nos pueden llevar al límite, donde llorar puede ser la única respuesta que tenemos ante lo que sentimos en ese momento, o enojarnos, o ponernos ansiosos.


Pero, ¿qué son las emociones?


Según, Fernández-Abascal y Palmero (1999), es “una emoción es un proceso que se activa cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el fin de poner en marcha los recursos a su alcance para controlar la situación”.

Esto quiere decir que las emociones nos ayudan a alertarnos de las situaciones que nos rodean, y estas alarmas pueden ser de sucesos puedan ser positivos o negativos según como nosotros los comprendemos, esto a su vez se da, por la manera en que hemos sido educados, es decir nuestras experiencias pasadas nos ayudan a reaccionar ante un estímulo externo o interno.


Cómo reaccionamos con nuestras emociones tiene una base fisiológica, esto quiere decir la parte de la biología que estudia los órganos de los seres vivos y su funcionamiento (Oxford Languages) y una base del comportamiento, que en psicología se define como el conjunto de respuestas, bien por presencia o por ausencia, que presenta un ser vivo en relación con su entorno o mundo de estímulos (Wikipedia).



Sentir enojo, ansiedad, miedo y tristeza no es malo, pero la sociedad nos manda mensajes que sí lo es. Este mensaje ha ido cambiado, actualmente se enfatiza la necesidad del manejo de las emociones, el poder desarrollar una inteligencia emocional.



Esto no significa, ocultar lo que siento y mostrar como que la situación o los estímulos que estoy recibiendo no me afectan. Ciertamente, no es algo con lo que se nace, y no está siendo enseñado en todos lados, lamentablemente.


Si estar enojado no es malo, ¿entonces cuáles son las emociones malas? En psicología se define que todas las emociones son válidas, y no existen buenas o malas, solo son emociones.


Pero, ¿cuáles son las emociones que puedo sentir?


Existen en el mundo de la psicología muchas clasificaciones de las mismas, quisiera en este caso abarcar el área de las emociones básicas o primarias, las que se definen como universales. Las que todos deberíamos saber reconocer en el otro.


Para Paul Ekman, psicólogo pionero en el estudio de las emociones, existen seis emociones básicas: tristeza, felicidad, miedo, sorpresa, asco e ira. Ekman, estudio que estas emociones son fácilmente descifrables en las personas a través de sus expresiones faciales.


6 Emociones Básicas


A nivel digital los emoticones nos ayudan a transmitir en nuestros mensajes escritos, una idea de la emoción que le queremos transmitir al otro, sin que pueda vernos o escucharnos.


Pero, ¿Qué es manejar o regular las emociones? ¿Se pueden manejar?


La inteligencia emocional, según Daniel Goleman, profesor de psicología de la Universidad de Harvard y autor del bestseller Inteligencia Emocional, es “la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás”.


Cuando hice la propuesta de hacer un contenido digital para la dsescuela denominado 10 minutos para ejercitar, me pareció que la primera competencia blanda que debía ser ejercitada era el manejo de las emociones. Al desarrollar el material para sentir en primer lugar la emoción y no evitarla, fue imprescindible hacer la investigación en un campo que siempre he admirado mucho, como lo es el estudio de la psicología.



Conocernos, y entendernos debe ser de los primeros pasos para nuestro crecimiento personal, afrontar los traumas y conocer nuestros límites, para no frustrarnos y pensar que los demás son mejores que nosotros porque no muestran molestia, llanto, desilusión ante las situaciones diarias de la vida.


Las personas no somos solo lo que aprendemos y ejercemos (rol que desempeñamos dentro de la sociedad), somos seres sensibles, que nos conmovemos, nos molestamos, lloramos y gritamos, pero también nos reímos, nos enamoramos, nos sorprendemos y amamos. No podemos desligarnos de nuestros sentimientos mientras vivimos la otra parte de nuestra vida, pero sí debemos saber cómo no permitir que las emociones nos controlen a nosotros.


Entonces, regular las emociones, implica reconocimiento, aceptación y canalización de la misma, no debe ser evitada o postergada, esto puede ser perjudicial para nuestra salud. ¿Se pueden manejar las emociones? Sí, pero con conocimiento, práctica y periodicidad. Dejar que las emociones fluyan en nosotros y no nos controlen es parte de comprendernos y querernos, aceptar que estímulos nos afectan, sin que nos destruyan.


¿Qué pasa cuando la situación no saca de control?


Ha habido eventos y estímulos que caen de golpe, inesperados, que al final te hacen sentir culpable por haber reaccionado con enojo, cuando muchas veces estabas reclamando justicia y respeto, y para los demás fue mal interpretado como capricho y orgullo. Este tipo de situaciones nos recuerdan que las emociones afloran desde nuestro interior y nos protegen, solo cuando es que de manera irracional reaccionamos es que pierde sentido, y es allí cuando nos descontrolamos y aparecen episodios de colapso o explosión total, como cuando dicen que la persona más tranquila sacó una persona que nadie había conocido.


Este tipo de eventos, luego de haber expresado nuestra emoción y haber sido señalados por otros como algo malo que hicimos, puede llevarnos a sentir vergüenza, tristeza y hasta culpa de haber expresado nuestra emoción en el momento que pasaba. Ya quedamos como el loco o la loca, que puede estar tranquilo aunque si algo lo saca de su estado pasivo, no sabemos cómo reacciona, cuando esto no es así, solo ha sido un momento de sentir, aceptar y canalizar el enojo, de una manera saludable, defendiendo nuestro ser.


¿Es posible que los demás puedan entender nuestras emociones sin señalar que esta malo?

En ocasiones creo que sí es posible, pero debe ser una práctica constante de nuestra parte, al manejar nuestras emociones, quiere decir que si ese día me enoje, se me notará, pero no significa que será un enojo memorable con crisis, y todo. Sino una emoción que afloro de una situación que se presentó y que se canalizó en enojo, al final del día, en vez de sentirme culpable me sentiré feliz de haberme defendido, o segura de haber hecho lo que yo considero correcto.


Practicando diariamente, es como los demás, aunque no sean curiosos, o estén pendientes de cada movimiento que hacemos, pero sí será más evidente para ellos que nuestras emociones estarán presentes, sin ocultarlas, viviendo y retomando la vida a partir de allí. No es fácil, a muchos les puede dar vergüenza que los demás los vean llorar, enojarse, reírse, sorprenderse. Preferimos ser conocidos como esa persona de carácter serio y determinado, que no titubea y cumple sus objetivos, como varios anuncios nos dicen de las personas que son exitosas. Ya podemos imaginar que significó para muchos lo contrario de esto…


No niego que es más fácil a veces evitar las emociones, porque pueden cansarnos, porque nos sentimos rechazados y no comprendidos. El estar dispuesto a vivir las emociones que vengan con los estímulos que se reciban, es ser muchas veces “sensible” o en ocasiones “altamente sensible”. Esto nos hace seres más compasivos, al comprendernos es que comprendemos a los otros, y puede ser que necesiten de apoyo para afrontarlo, o estar solos para recuperarse.

Practicar diariamente, nos ayudará a fortalecer nuestra inteligencia emocional, lo que en algún momento pudo haber sido una persona enojada, se puede convertir en una persona más reflexiva, que antes de explotar en gritos y llanto cuando ya fue demasiado, ahora cuando algo le molesta lo dice inmediatamente, de una manera tranquila. Ese ha sido mi caso, y al estar atenta a mí misma, me di cuenta del cambio de cómo manejar el enojo. Son otras emociones las que puedo practicar, ya que la del enojo se ha vuelto más una reacción y comportamiento natural.


Sentir y no ocultar las emociones es algo liberador, tu interior te lo agradece, eres libre de ese sentimiento y ahora puedes seguir con lo que viene. Es un trabajo diario contigo mismo, que vale la pena con grandes beneficios para ti mismo, aunque los demás lo notan también.

Lo mejor sería que desde pequeños cuando nos enseñaron a que expresamos o no nuestras emociones, pudiéramos retomar cada año, esta revisión de emociones, ver que paso, mejoría o no, y no solo llegar de adultos y pensar que algo está mal en nosotros. Llegar al punto de crisis y colapso que tantos nos está afectando, todo por no haber sido capaces de conocernos, querernos y expresarnos ante nosotros y los demás.


Como escribí al principio no se nos enseña y no nacemos sabiendo manejar nuestras emociones, no todos podemos aprenderlo de manera autodidacta, lo más recomendable es pedir ayuda, acudir a un profesional, sea un psicólogo o un psiquiatra, ya en casos más graves. Ellos son las personas indicadas para ayudarnos a emprender el camino de conocernos a nosotros mismos, comprendernos, y amarnos.


¿Por qué escribo acerca de este tema? Sé que no soy psicóloga, pero a lo largo de las crisis que he experimentado por retener y luego explotar con mis emociones, fue el recibir ayuda de un profesional lo que ha cambiado mi vida desde adentro. Se que mucho estigmatizan el recibir ayuda como debilidad, locura o que son cosas que debes solucionar solo, pero la guía de un profesional en esta área hace una gran diferencia de cómo conocerte a ti mismo. Solo escribo desde mi experiencia lo bueno que ha sido, y que sigue siendo el conocerme y respetarme, ya que somos emociones andado en la vida.


Bibliografía

Asociación Española Contra el Cáncer. (ND). Las emociones. 16072020, de Asociación Española Contra el Cáncer Sitio web: http://sauce.pntic.mec.es/falcon/emociones.pdf


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