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Somos los Otros, que siempre hemos estado en el silencio.



Este 2020 ha sido un año muy extraño, desde un confinamiento mundial y todo lo que para bien o para mal llamamos “normalidad” se esfumó o se detuvo en un instante, de un dia a otro, pase de estar disfrutando de las clases en la Universidad a resolver cómo darle continuidad en modo virtual, todo en menos de 24 horas, todo en un abrir de ojos cambio.


Las primeras semanas existía una falsa esperanza que regresamos rápidamente, “esto pasara en unos días, no hay que desesperar” pero los días pasaban, las semanas avanzaban y hubo un golpe de realidad que se convirtió en un silencio que nos acompañó por semanas, un shock colectivo que muchas generaciones no habían vivido, un vago recuerdo de ese 1989 donde por días, nos encerramos en casa, en silencio, era la ofensiva final y como un pequeño de 4 años, solo tengo la sensación de silencios largos interrumpidos por “pirotecnia” como me engañaba mis padres, pero este era un silencio diferente, era profundo, era largo, sin interrupciones, tendido a lo largo de los días, la incertidumbre se respiraba en cada conversación y en el ambiente. El mundo se detuvo.


Pasaron las semanas, muchas actividades no se detuvieron, la educación una de ellas, al principio de todo esto, no tuve mucho tiempo de pensar en mi, priorice a mis chicos de la Universidad y a los Scouts, fue mi reacción : “si yo la estoy pasando mal, ellos probablemente peor” y esa fue mi tarea durante casi 3 meses, escuchar, hablar, reirnos, compartir y hacer más llevadero el encierro, lo hice sin pensar, solo por el cariño que les tengo y parece que soy el héroe desde mi trinchera, pero realmente ellos me mantuvieron cuerdo, estuvieron conmigo, me acompañaron en mi soledad, soy una persona que en la actualidad vive sola y pase el confinamiento alejado y solo, circunstancias que me parecen extrañas, de hecho me gusta estar con mis pensamientos, disfrutando de mi compañia, no lo malinterpreten, tambien necesitaba desahogarme, reirme y ellos me apoyaron en ello, en ocuparme en algo más. Y no saben lo agradecido y lo mucho que los quiero. #teampensa #losdonquis



Fueron días de alta dosis creativa peleando con la incertidumbre de las primeras horas, ¿Qué hago? , surgen los retos creativos de la dsescuela de una idea “Todos la deben pasar mal y la salud mental es importante en estos momentos” y nos pusimos a trabajar en muchas ideas, las competencias blandas cada miércoles , a Carlitos le dimos un puesto fijo y fueron semanas de desarrollo de ideas, de trazos del futuro, de analizar, de jugar mucho,de exploración creativa, de levantarme pensando en qué actividad o video haríamos.

pero siempre tenía en mis pensamientos la pregunta. “¿Porque me siento bien, por que la estoy pasando tan bien , dada la circunstancias que vivimos?” , Es una sensación extraña incluso tuve momento de sentirme mal conmigo mismo “No debe ser bueno” me decía, pero cuando estar en casa se volvió la rutina estaba aún más cómodo, claro, parece que suena a que no extrañaba a nadie, lo hacía, les escribía, hablábamos, lo único que cambiaba era la presencia física, nunca me hicieron sentir solo. Hubo momentos donde también el sentirme tan cómodo me hizo aislarme por completo, estaba en mi mundo,alejado del ruido de las noticas y de las personas. no todo era alegría pero tampoco todo era tristeza. Días muy buenos y días regulares. Más típicos de lo que se imaginan.


Mi ansiedad social se disminuyó, fue un respiro y es difícil de expresar el alivio que sentí al poder realizar muchas actividades vía remota, sin el contacto social y lo cansado que es, interactuar con las personas, requiere una energía extra para mi. Aunque se que para muchos, esa reuniones que se resuelven con un correo o una votacion en linea, eran a las cuales por responsabilidad debía asistir. Se transformaron en reuniones cortas de trabajo, charlas con los estudiantes desde donde me sentía cómodo, mi casa, evitando el tráfico, lo incomodidad de no saber qué decir o saludar o estar presente mentalmente en las actividades.


Este regreso a la cotidianidad para muchos no es algo que quieran, en el fondo no quiero hacerlo, no quiero ir a lugares públicos, no quiero regresar a tener reuniones incómodas o cansarme por la interacción social, este confinamiento me enseñó y me mostró quienes están ahí, a pesar de los silencios largos, del “no me quiero reunirme hoy” , a ellos son quienes por Chat o por videollamadas vale la pena de vez en cuando romper el aislamiento social e ir por unos tacos o una hamburguesa. Esos espacios seguros que tanto necesitamos que nos dan la confianza de poder regresar cuando podamos y queramos. Es indudable que este confinamiento ha sido diferente para todos pero voy a extrañar, sentirme cómodo con una situación tan extraña y sentirme preparado como nunca lo había estado en mi vida, cuando estudias te dicen debes estar preparado para cualquier cosa, nadie se prepara para lo que estamos viviendo y las secuelas que esto podría tener, que importante fue conocerme y haber estado preparado académicamente para adaptarse a estos cambios que siguen sucediendo.


El silencio que nos acompañó por meses, sin ver gente, sin que pasara algo, fue un respiro para muchos, para los que cada actividad social es una lucha consigo mismo y que son el doble de agotadoras para nosotros, entre todo lo extraño que ha sido este año, para muchos ha pasado algo bueno la oportunidad de disfrutarlos, de acompañarnos, de estar con nosotros sin estar con el agobio social diario. En el silencio a veces hay un lugar donde muchos sonríen, otros sufren y otros encuentran paz, una paz que quizás no volvamos a tener.



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